Franco Colapinto cerró el Gran Premio de Austin en el 17° puesto, en una carrera dominada por Max Verstappen, pero lo suyo no pasó desapercibido. En la última vuelta, el piloto argentino desafió las órdenes de su equipo y superó a su compañero Pierre Gasly, en una maniobra arriesgada que reflejó carácter y rebeldía.
El pilarense, al mando del Alpine, venía con mejor ritmo que el francés gracias a un juego de neumáticos blandos más frescos, pero desde el box le pidieron que mantuviera posiciones. “Solo necesitamos quedarnos como estamos”, le respondieron por radio cuando pidió autorización para adelantar. La diferencia de velocidad, sin embargo, era evidente: Colapinto abrió el DRS en la recta principal, se lanzó por dentro y, con una frenada precisa, logró el sobrepaso pese a la resistencia de Gasly.
El movimiento casi termina en toque, aunque el argentino logró completar la maniobra con limpieza. Para peor, su compañero perdió ritmo y fue superado poco después por el brasileño Gabriel Bortoleto, cayendo al último lugar entre los que terminaron la competencia.
Después de la bandera a cuadros, Colapinto explicó su decisión con la serenidad de quien sabe lo que hace: “Era lo correcto. A mí me tocó varias veces ceder posiciones durante el año. Él tenía las gomas más viejas, iba mucho más lento y me estaba atacando Bortoleto. Adelantarlo fue también una forma de defenderme”, señaló. Y añadió, sin dramatizar: “Estábamos peleando por el puesto 17, no tenía sentido discutir por eso”.
Sobre su rendimiento general en la carrera, fue autocrítico: “Fue durísima. Mucho calor, mucha degradación y nada de ritmo. Hice algunos buenos sobrepasos, pero fueron esas carreras en las que solo te toca defenderte”.
Aunque no sumó puntos, el argentino volvió a dejar una impresión clara: aún en la mitad del pelotón, su instinto competitivo sigue intacto.